La grandeza de la palabra
. La muerte de Mandela nos ha traido de nuevo a las clases de historia o ética la grandeza de las palabras. Palabras para ser dichas y oídas con la intención de conmover, alentar, animar, enrabietar o simplemete recordarnos quiénes somos: seres humanos. Tratamos de inculcar valores a nuestros estudiantes a través de preparadas y elaboradas clases, con actividades y ejercicios fantásticos pero olvidamos que, a veces, el discurso de un simple hombre en un momento especial puede ilustrar mucho más una clase que cualquier leccción académica. Cuando Mandela tomó posesión de su cargo como presidente de Sudáfrica en 1994, tras largos años de persecución y cautiverio, sus primeras palabras podían haber demostrado la rabia y el odio de un pueblo hacia el Apartheid y hacia aquellos que lo sostuvieron durante décadas. Todo lo contrario, Mandela abogó por la unidad de los pueblos y razas, por la superación del pasado, por la construcción de una nueva realidad en libertad de su país y la búsqueda d