Cuando el ARTE pasa por nuestra vida...

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Mañana, viernes 27 de febrero, los profesores de Historia del Arte del IES abren una ventana al ARTE con todas las letras: los alumnos de 2º de bachillerato tendrán la oportunidad, además de hacer un recorrido de Geografía Urbana por la periferia y el centro de Madrid y de visitar el Congreso de los Diputados, de poder ver con detalle e intención el Museo Nacional del Prado y la exposición temporal dedicada a Francis Bacon.

Pocas experiencias sensibles son tan impactantes como ver ciertos cuadros en la realidad.

Primero, veremos la emoción que produce el gesto de dolor de la Virgen en el Descendimiento del flamenco (en realidad es valón) Van der Weyden y después, la furia destructiva y simbólica del Bosco en el Jardín de las Delicias (ver al demonio alimentándose de hombres y defecándoles hacia el infierno es magnífico...).



Una vez contemplado el inicio de la pintura moderna, pasamos a disfrutar del color y de la composición más manierista. Tiziano con sólo blanco, negro y rojo, en sus diferentes gamas de luminosidad y saturación consigue mostrarnos a un triunfante Carlos I en la batalla de Mülhberg. Su coraza y los brillos de ésta son uno de los más grandes logros de la pintura del siglo XVI. A su lado, el Greco, influido por los pintores venecianos y sus colores, nos muestra una peculiar visión de cómo dibujar y de cómo componer las figuras.



Ya en la planta primera del Prado se nos abre el Barroco en todo su esplendor: el trabajo con el color, con las manchas de color se va sustituyendo al dibujo para crear formas; la perspectiva ya no es solo lineal sino real, aérea; las composiciones entran en una complejidad tal que parecen más que cuadros escenas reales. La suavidad de formas y colores de Murillo; el tenebrismo de Ribera, la explosión de formas y colores de Rubens y la polivalencia de Velázquez entran en escena.
Ver Velázquez al natural es una experiencia única: su pincelada, fina a veces, corta y vivaz otras; su capacidad de captar los sentimientos humanos, el movimiento y la perspectiva; su paso del detallismo casi flamenco al abocetamiento moderno es constante en su obra. Todos quedan boquiabiertos ante ese poderío pictórico.



Por fin, Goya. Peculiar, cambiante a lo largo de su vida. De las primeras pinturas y retratos al gusto del XVIII, con mucho color y mucho dibujo a sus retratos de grupo de principios del siglo XIX donde la fuerza recae en el estudio psicológico de los personajes y en la fuerza de su pincelada suelta. Parece que nos estuvieran fusilando a nosotros en la Moncloa o tajando los mamelucos en la Puerta del Sol. Aquí la opinión no es tan unánime: los alumnos, muy clásicos, rechazan el mayor abocetamiento de Goya.




Por fin, para acabar el siglo XX: Francis Bacon. La ruptura con los cánones clásicos de la pintura, la fuerza arrolladora del expresionismo, la imposibilidad de sentir lo que sintió en su vida trágica y compleja el pintor irlandés. Un reto para los alumnos: ¿gustará?,¿repugnará?.




En todo caso, cuando el ARTE entra en nuestras vidas ya es dificil que salga...

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