¿Cuánto queda para Navidad?

Nuestro Árbol de Navidad bibliotecario.

Esta pregunta no es ociosa en las bibliotecas. Si hay un tiempo de lecturas, un tiempo de cuentos y de cantos, es este blanco diciembre de nuestro imaginario infantil. Desde los tradicionales relatos de esas  instalaciones avant la lettre que son los belenes (invención, dicen, de Francisco de Asís -1223), hasta uno de los subgéneros narrativos más populares, el cuento de Navidad; todo en estas fechas parece responder al imperativo literario del nacimiento.

 Nacimiento de lo sagrado que recupera desde el fondo de la noche la luz que el otoño arrebató de lo alto. Los antiguos romanos celebraban por estos días las Saturnales, fiestas en honor del Tiempo, divinidad que rige el desgaste de las cosas y su disolución irrevocable. Estas Saturnales, que duraban varios días (del 17 al 23 de diciembre), consistían en festejos que incluían intercambio de regalos entre familiares y amigos. Culminaban el 25 de diciembre en la celebración del Sol Invictus (Dies Natalis Solis Invicti). La implantación de la doctrina cristiana sobre las bases religiosas del Imperio, propició un solapamiento y sustitución de estas tradiciones paganas por la celebración de la Natividad del Señor o Navidad; que los antiguos cristianos venían celebrando por esas mismas fechas.